Tutoría de obras / Corrección literaria

Acompañamiento al autor con corrección de estilo.

Año 2023

Veintitrés

El Cocinero

Autor: Ariel Guerra

Novela

Nadie que no conozca al dedillo lo que se vive en los entretelones de un restaurante puede contar con tanto detalle ese ambiente y su “interna”. Nadie que no lo haya vivido desde adentro puede aportar sus pormenores y los trasfondos de su dinámica.

Éste es el hándicap que tiene Ariel Antonio Guerra, quien nos muestra en esta novela sus conocimientos como barman y chef experto. A dichos conocimientos, le suma vivencias recogidas en el mundo del deporte, como también en la “polifacética universidad de la calle”.

Este bagaje construido, su inquietud por narrar las enseñanzas de la vida, más su especial capacidad de observación, le han otorgado esta nueva pericia que es la escritura.

En cada proyecto nuevo se cambia y se crece. Y Ariel está inaugurando este género: la “nouvelle”, luego de haber abordado la narrativa en dos libros anteriores: “Cuentos de la Barra” y “Epitafio de un Cóctel”, en los que ya demostró su idoneidad para desenvolverse en esta línea de comunicación, con dominio de la palabra y habilidad para crear climas.

Puedo señalar que en esta tercera incursión en lo literario, demuestra ya una gran destreza para apelar a los recursos que más adornan, hacen solventes los textos y atrapan a los lectores.

En “Veintitrés. El Cocinero” utiliza un vocabulario simple y llano con el que transcribe el coloquial trato que llevan los protagonistas entre sí. Desliza en cada capítulo (I Confesiones, II Inicios, III Al dente y IV Postre y café) temáticas recurrentes con el medio que describe y características de estilo que deposita en sus “personajes-arquetipo” (el Jefe, el Uno, Pajarito, el Tucu, el Stone,  el Largo y otros). Aunque tratadas de manera transversal, sus vidas son muy claras, como deben de ser tantas otras vidas reales en ese submundo cotidiano. Las canciones de época (cumbias o tangos), los nombres de algunos cantores emblemáticos (Leonardo Favio) o conjuntos (Los Wawancó), ubican al lector en tiempo y espacio. Ofrece un paneo del entorno general detrás, sin adentrarse en recovecos perturbadores de la política y con, apenas, alguna mención sesgada sobre lo religioso.

La “argentinidad aporteñada” se desliza en el lunfardo, en los  términos de uso habitual como los del fútbol o los de la quiniela. Todo el universo de la gastronomía, sin escatimar nada, está mostrado, al igual que en el final de un juego de naipes, donde finalmente, se echan sobre la mesa, las cartas boca arriba. No se guarda nada. Incluye los chistes, la forma en que se relacionan los individuos, la camaradería y hasta expone alguna de las recetas más sustanciosas.

Lo significativo de este libro es que cada tópico está sustentado por una gran capacidad para revelar la sensibilidad, el compañerismo, la amistad y el sentido de la pertenencia.

A estas alturas del análisis, me hago una pregunta retórica: ¿para qué se escribe? Sin una afirmación definitiva, quizá pueda, haciendo abuso de este espacio, comentar aquí mi intuición. Tal vez se escriba para dejar un fundamento, para que el producto de nuestra escritura perdure. Algunos, arrastramos ese desesperado temor a la desaparición definitiva cuando nos toque desencarnar suponiendo, con cierta soberbia, que nuestro “arte”  pueda trascendernos en este mundo tecnológico y fugaz de hoy, tan diferente al nuestro, más simple y romántico. Otros, escribirán sólo por descarga o por sanidad. Y todo eso es válido.

Algunos grandes y consagrados escritores opinan que escribir es dialogar con el lector, con el mundo y con uno mismo, como ha expresado Octavio Paz; o como Margarite Duras, por ejemplo, quien afirma que es, precisamente, la duda ante un libro que aún no se ha escrito, lo que nos construye escritores.

Sea como fuere, el objetivo final es la transmisión. Es comunicar y es significar aquello que llevamos dentro. Hecho profusamente logrado en Veintitrés. El Cocinero.

Para concluir digo que en cada escritura, el autor se desliza, aunque todo lo plasmado sea ficción. Y aquí, ante nuestros ojos, en esta novela, hay alguien que además de bien narrar, está demostrando que está atravesado por los verdaderos y más exacerbados valores universales.

Celebremos, entonces, su lectura.

Isabel V. Krisch

Juan, Chaval, o el Jefe, es un hombre de una gran determinación y corazón de oro, que supo dormir entre bolsas de papas, noquear para hacerse respetar y aprender entre fuegos los secretos de una buena paella.

Ariel Antonio Guerra conoce en profundidad lo que cuenta. En la emotiva novela «Veintitrés, El Cocinero» nos introduce con maestría en un mundo donde el fuego arde en las hornallas y en el corazón.

Así, entre ollas y condimentos, desde la trastienda caliente de todo restaurante, se desarrolla esta historia esta historia de amistad, de amor, de lealtad, de valentía; pero también de desamor, de soledad y redención.

Ariel, El Barman o El Toro Guerra —de intensa y diversa vida como la de su protagonista— exhibe una vez más su talento de narrador perspicaz y sensible ante las paradojas de la existencia.

Esa existencia humana, tan humana que nos sumerge en la más profunda emoción.

Ana Otaño Moreno

Año 2021

Piloto de caza

Un sueño, una pasión (tomo 1)

Autor: Luis Alberto Briatore

Trabajo de tutoría de obra y corrección literaria

El Comodoro Luis Alberto Briatore repasa su trayectoria como piloto dentro de la Fuerza Aérea Argentina.

Este trabajo está compuesto por 21 capítulos en los que cronológicamente Briatore abarca desde su ingreso a la Escuela de Aviación Militar, sus cuatro años como cadete, el Curso de Aviador Militar (CAM), primero en T-34 Mentor y luego en Morane Saulnier 760 París, su paso por el CB-2 en la IV Brigada, Mendoza donde realizó el CEPAC (Curso de Estandarización de Procedimientos para Aviadores de Combate, y posteriormente pasó a formar parte de los Escuadrones operativos del mítico F-86F Sabre, primero, y el Mirage M-IIIC, después, tras ello es destinado en la misma unidad como instructor en la Escuela de Caza. Continuando su carrera volando M-IIIEA en la VI Brigada Aérea, Tandil, en esta etapa es enviado de intercambio en el Ala 11 del Ejército del Aire Español donde opera con los M-IIIEE.

Año 2019

El vuelo extraordinario

Novela

Autora: Rosalinda Varveri

«En la mañana, antes de subir a los autos que los llevarían por caminos diferentes, Serena visualizó un árbol solitario sin hojas que le llamó la atención.

Ryo reparó en ese detalle y le aclaró que se trataba de un cerezo, extraña presencia en ese lugar…»

El trabajo, un deber

Sonó el celular cuando estaba estacionando frente a
la escuela de sus hijos. Todas las mañanas, se repetía
el mismo apuro para que entraran antes de que
toque el timbre.
El llamado era de la Editorial. Le proponían un próximo
destino. Tendría que volar a Tokio para entrevistar
al Director Técnico de un Seleccionado sudamericano. Se
iba a jugar una Copa Intercontinental, y lo más conveniente
sería lograr información e impresiones que se anticiparan
al evento y, para eso, debería partir en diez horas.
Era habitual que Serena se enterara así de su siguiente
trabajo y, como siempre, como la “Mujer Relámpago” que
debía ser, se ponía en acción.
Organizar las actividades para el viaje incluía:
– Avisar a su ex para que se ocupe de Azul y de Miguel
– Revisar el freezer
– Completar la maleta, a la que nunca terminaba de vaciar
– No olvidar piloto y antifaz, para dormir las largas
horas que le esperaban y
– Mirar la lista que siempre tenía preparada para los
elementos imprescindibles.
Necesitaba prever cada cosa. Ordenar y dejar todo dispuesto.
Conocía lo que era capaz de hacer cuando una obsesión
la atrapaba. Se acordó de esa mañana fatal y no
quería que le fuera a pasar lo mismo en este viaje.
Mientras trajinaba de un lado a otro, no dejaba de
pensar en aquel día.

Año 2017/18

Yo, el postulante

La acción de buscar trabajo, vista desde el lado menos conocido: el del entrevistado

Autor: Andrés J. Martínez

Corrección Literaria: Isabel V. Krisch

El autor narra sus múltiples experiencias a la hora de emprender la búsqueda laboral. Autoayuda.

Cuando era jovencita, estudiante, y vivía aún en la casa paterna, un día escuché de la boca de mi padre: “Cristina (por mi hermana) es inteligente; Isabel es tesonera”. Esta frase, lejos de ser para mí un motivo para hacer terapia, incrementó mi conciencia en el sentido de que son la perseverancia, la paciencia y la férrea voluntad las cualidades que logran más éxitos que aquellas innatas.

Me esforcé mucho en mi vida para hacer dos carreras universitarias, varios post-grados y cursos. Y aseguro que no es soberbia lo que cuento, no tiene ese sentido; sólo es eso, una muestra de lo que se puede (aún sin tantas condiciones), por y con la dedicación y el esfuerzo.

Cuando Andrés me sugirió que escribiera esta contratapa, luego de la corrección, pensé en buscar un ejemplo (siempre es más fácil el que tenemos a mano).  Y ello me hizo pensar, ¿es mejor llegar a una meta fácilmente y sin escollos, o atravesar el sendero sorteando mil y una dificultad para avanzar? Cada piedrecita en el zapato deja una sensación de incomodidad de la que salimos, si la siguiente vez que nos lo ponemos, revisamos bien que no haya nada en el interior del calzado.

De cada experiencia se aprende y se mejora. Se crece. Téngase la edad que se tuviere.

El autor nos cuenta en su libro, su camino de aprendizaje. Y en él, nos muestra, además, una postura política, el país y sus crisis, la personalidad de los que tienen en sus manos la tarea de seleccionar postulantes para un empleo. Los criterios, a veces impacientes; otras, mezquinos. Su narración es en la obsesiva repetición, el espejo de una realidad injusta y, acaso, tirana.  Hay ciertos grados de comportamiento en las interacciones sociales entre “los otros y nosotros” que están supeditados a innumerables circunstancias: edades, situaciones sociales, patologías diversas y estadios de comportamiento interpersonal.

Martínez va pintando ese prójimo, algunas veces de manera coloquial; otras, más sutil o sugerente; pero siempre trasmite los vericuetos de la sociedad actual. Comunica, así también, los detalles de un problema de actualidad, como es la inserción laboral, aún para quienes tienen, como él, una lograda formación académica.

Finalmente, demuestra con su propio ejemplo, todo lo que se puede si uno se lo propone. Es la apertura a otra oportunidad. Nos deja en claro que lo importa en el camino de la búsqueda es el ánimo, el vigor, el denuedo, el coraje, el valor para superar cualquier escollo y, siempre, siempre apostar al renovado deseo de volver a empezar.

Isabel V. Krisch

Año 2013

Fracciones

Partes de una cosa, que a su vez componen otras cosas, su descripción y relaciones entre sí, tal como sugiere la realidad, la metafísica, o algunas costumbres muy en boga últimamente.

Autor: Pablo S. Grinstein

Se dio a este libro un estilo antiguo, anacrónico, en el cual hay reminiscencias a los primeros libros impresos.

En broma o en serio, el que escribe se pregunta de dónde viene y hacia dónde va. Es algo casi ineludible, aunque inconsciente, sobre todo en un primer libro. Esto ocurre en todos los géneros que el escritor aborde. Su escritura será entonces, como tantas otras manifestaciones del arte, la búsqueda de la trascendencia; algunas veces, la respuesta, aunque sea siempre más interesante el camino que la llegada. Y en ese camino desconocido que lleva a afilar la pluma (o a aprender a manejar la tecnología, ardua tarea para los que toman Crush con ajenjo), en ese sendero decía, se desliza, subsumida en la letra, eso que se lee detrás/debajo/adentro, y que es una personalidad de «héroe» que transitó ya un largo y aventurado viaje, prolijo, prolijísimo, y que eligió para mostrarse la genialidad de su propio «alter ego».
¿Pablo es O. Totter u O. Totter es Pablo? Ésa es la cuestión. ¿Cuál es el verdadero personaje? En el inconciente colectivo de los lectores ávidos hay otros casos de doble personalidad: el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, por ejemplo; aunque en mi criterio, O. Totter se acerca más, en el recorrido de estos cuentos, a «El otro yo del Dr. Merengue».
Así como Robert Louis Balfour Stevenson y Guillermo Divito esconderían alguna faceta propia en sus criaturas, Pablo se mimetiza con la chispa aguda, pero sobre todo elaborada, pensante, de O. Totter. Aunque, en este punto se reitere el cuestionamiento retórico, ¿será O. Totter quien copia la sesuda mirada sobre todas las cosas, de Pablo?
Sea cual fuere la respuesta, lo que llama la atención de este novel escritor es su pendular temática que se dirige desde el más profundo, hermético e inquietante planteo filosófico acerca de la dramática angustia existencial (con la que nos abruma en el cuento: «continuidad»), hata los desopilantes recursos de conquistador consuetudinario hacia el personaje femenino de este libro, codiciada por amigos y cuchilleros, la deslumbrante Diana.
Del capítulo inicial, su metafísica y su buceo ontológico, pasa a los cuentos más fulidos. A la prueba del recurso literario, donde aborda lo festivo, que le llega al lector de manera sorpresiva, ya que siempre se encuentra con ingeniosos planteos verborrágicos y desenlaces absurdos o descabellados.
Sin embargo, aún en este último aspecto, el del disfraz de hombre que hace reír con el chiste oportuno y la salida ocurrrente se vislumbran los temas trascendentales del hombre: la vida y su destino inexorable, el origen, las raíces, las relaciones humanas, el amor y la amistad. En este último tratamiento no esconde, sin duda, los guiños a un entorno caricaturizado como el Geronte Cycling Club, al cual dice pertenecer y que, de alguna manera, lo acompaña y lo sostiene en el oportuno y ellevador recurso del humor.
En Memorándum, otro autor clásico aparece para el ojo del lector: Pirandello, enfrentado a sus personajes. O. Totter aquí le envía una carta a Pablo, la que encabeza diciendo: Mi querido amigo… Y se entrelazan, nuevamente, sus vidas y sus profundas concepciones.
En el último capítulo: Análisis cultural, demuestra que los libros y las películas lo conmueven, lo comprometen, lo obligan a reflexionar y se permite participarlo.
En otros espacios del recorrido de este libro, realiza una discriminación de lógica formal. Dice textualmente: «Toda obra procede de una forma energética (…) El traslado de dicha energía hacia el otro conforma un cambio o modificación de algún atributo existente». La dirección de su palabra, como una flecha, es un traspaso de dicha energía, es cierto. Energía que obliga a transformar el pensamiento, a activarlo; pero sobre todo, que despierta «Fracciones» de sonrisas.
Sin ninguna duda, este libro es inicático. Son los primeros treinta y seis cuentos que Pablo Grinstein se atreve a editar, aunque no dice la verdad cuando acota que no fueron escritos para ser leídos. Detrás de esa «soberbia modestia» hay un aspecto de brillo borgiano. Lo pude empezar a conocer mientras corregíamos esta regia obra. Y estoy segura de que su voz, su estilo personal no va a ser fácilmente olvidable.

Isabel V. Krisch

De la primera juventud de O. Totter es muy poco lo que se sabe. En cambio, de la segunda, nada en absoluto. Los documentos más fidedignos asguran que nació hacia mediados del siglo pasado, en Parque Patricios, antiguo barrio de Buenos Aires. Incluso, él mismo descrbía esa situación como: «acompañar a la madre, que estaba delicada de salud en ese entonces, internada en el Hospital Dr. Américo Sardá». Los trabajos iniciales de O. Totter, sin duda, son los de su época en Frankfurt, donde se dedicó con notable ahínco, a la Filosofía Crítica y, sobre todo, a estudiar temas centrales de Lógica Sintáctica.

La sección correspondiente de estos apuntes: «Crítica de al Razón Filosófica», permiten vislumbrar la poderosa capacidad analítica de O. Totter aplicada a la consistencia, la ontología y la verdad, tanto apotegma demostrable, contenida en la Semiótica.

Durante este perído es imprescindible destacar la memorable actuación de O. Totter como asesor espiritual y consejero académico del formidable equipo de escaladores de la ascención al Khili Khili, el mítico monte más alto de la tierra, quienes consiguieron vencerlo en la primera y única oportunidad.

La siguiente etapa de su vida puede caracterizarse por diversas circunstancias y  avatares, donde su gigantesca estatura intelectual consiguió dilucidar todo tipo de problemas, paradojas y situaciones inentendibles. Este tramo: «Hechos, aventuras, coloquios» merecen un análisis más detallado, que dejamos para futuras generaciones.

La tercera parte se refiere a eventos donde la presencia de O. Totter no está demostrada fehacientemente, pero por comentarios del propio O. Totter, consideramos factible forman parte de su histórica vida. Para que no queden dudas al respecto, esta sección la hemos denominado: «Oxímoron y el método literario».

«El análisis cultural» conforma una breve recopilación concisa y profunda de diversos hechos culturales que, por variados motviso, consideró fundacionales para el momento sociopolítico en cuestión.

El total de cuentos y ensayos son 36. No es por azar, sino por casualidad. Se trata nada menos que el célebre Lamed Vav Zaddikim. Número mínimo de hombres rectos existentes en cualquier generación, según el Talmud Babilónico. Paradoja de aquellos sabios que establecieron ese concepto, complementado por la rotunda declaración que nadie que afirmara ser uno de los «lamedovnicks» podía serlo, debido a su virtuosa e imprescindible naturaleza modesta.

Como conclusión, es necesario detacar que este libro no fue escrito para ser leído. Se trata de una de las tantas paradojas largamente estudiadas por O. Totter. El único motivo que me llevó a escribirlo es para que sea testimonio de un pensamiento abstracto. Mal podría, en consecuencia, su mera existencia establecer objetivos o requisitos tan concretos como olvidables.

Pablo S. Grinstein

Año 2011

La Belleza de lo Impensado

Un paseo para curiosos sobre el Universo y el Hombre

Autor: Luis Gius

“Cuando uno toma dimensión de lo maravilloso de la creación, se abre un portal que nos amplía la curiosidad fuera del mundo material y nos conduce al mundo espiritual ”

Luis Gius

Como un niño curioso, interesado en conocer el mundo, en adentrarse en su núcleo, en su raíz medular, Luis Gius pone al descubierto las dudas más profundas que angustian al ser humano. Este ensayo es pues una intriga por arribar a conclusiones universales. Una inquietud donde abreva la sed del intelecto.
En este recorrido existencial que Luis realiza en su obra, lleva de la mano al lector, guiándolo con extremo cuidado. Parte de lo general hacia lo particular en todas las propuestas, o viceversa, y de lo sencillo a lo complejo, para plantear en cada capítulo una interrogación retórica, intencionada, que estimule el desmenuzamiento de los misterios más sinuosos. ¿Quiénes somos? ¿Qué es lo que más anhelamos? ¿De dónde proviene esto que nos abarca? ¿Hacia dónde iremos después de que todo termine? En suma, el buceo es hacia la búsqueda del sí mismo.
Para desarrollar el Universo, el Tiempo, el Espacio, la Energía, la Relatividad, la Vida, la Religión, la Muerte, la Libertad, etc., se vale y complementa del pensamiento de los que llama sus Mentores, y que no son otros que los sabios, estudiosos ilustres y analistas que indagaron antes los mismos temas. Los que, como él, tuvieron idéntica curiosidad; tal vez, una parecida conmoción. Un apasionamiento motivador semejante. Con ellos y sus atinadas citas, algunas de las cuales dejan sin aliento, no se siente solo. Quizás, él mismo, mientras conduce, vaya sumando nuevos titubeos, porque lo dubitativo es el meollo del presente tratado aunque parezca navegar por momentos, cómodamente, en un océano de certezas y hechos comprobados.
Desde plataformas científicas, ahondando en aristas filosóficas y con una gran apertura espiritual logrará inducir el despertar de la conciencia en todos aquellos que opten por introducirse en su lectura.
El autor brega para que este principio ponga en marcha el mecanismo que nos haga más responsables ante la realidad que nos toca vivir, sobre todo cuando ella es tan agobiante. Tan deshumanizadora.
Como un niño curioso, entonces, orienta la pregunta, la expone. Le da entidad, la constituye. Y como “la felicidad es el camino”, La Belleza de lo Impensado representa una sugerencia, una sustancial propuesta. Un enorme planteo. El de Luis Gius. El de muchos. Me arriesgo a pensar que es el de todos.

Isabel Krisch

La mayoría de las veces, el individuo formado es poseedor de las herramientas que movilizan su interioridad; si, sumado a ello, es dueño de un espíritu hambriento, de esa rebeldía intrínseca y honda que alborota las ideas, es probable que en alguna instancia de su vida se produzca en él la anagnórisis. Es decir, ese reconocimiento de todo lo que desconoce, de lo que no sabe. A partir de allí, entonces, su alma impaciente comenzará a recorrer los caminos hacia las preguntas básicas, primigenias, que siempre resultarán exploraciones en exceso abarcativas y cuyas respuestas, difícilmente, lo satisfarán.

Isabel Krisch